Clemente todos los días parte a la escuela a eso de las 13 horas. Sus conflictos son muchos en casa, el estudio es el último refugio. Pronto a sus padres -alcohólica su madre- consumidor de estupefacientes su padre, reciben de la dirección de la escuela una nota donde pide que concurran. A la quinta vez asisten a conversar con la directora. Se encaminaron pateando y con bronca los tarros que había alrededor de las torres para llegar a la escuela: Y qué mierda hizo el pendejo éste? pregunta el padre de Clemente. La directora responde: -desórdenes de conducta, problemas de concentración! recomiendo un psiquiatra.
Así que ese día pasaron por el instituto sus padres mientras la dieron un golpe en la nuca -suave- a Clemente: -Y te portás bien ¿te queda claro? no quiero esas quejas de nuevo, para algo vas a la escuela ¡animal!
Clemente ingresa, es su turno. Lo atiende la psiquiatra Clara Cipriano. Se ve una mujer seria, mira de frente y nada parece inestabilizarla. Le da las recetas y pide que vuelva el Jueves. Por lo que Clemente regresó luego de ir a la escuela. Ésta vez el chico tiene el consejo de Clara de empezar a soltar sus dramas. La medicación empezó a aumentar.
Clara reside cerca de donde vive Clemente, así que amablemente se ofrece a llevarlo, puesto que Clemente era el último en su consultorio en atender. Así que en esas cosas Clara quiere poner de mejor humor y ego a Clemente y decide llevarlo un momento a la sala de video juegos -donde Clemente ríe demasiado y disfruta-. Clara lo deja y empieza un torbellino de pensamientos por sus propios problemas, ya saben el dicho "en casa de herrero, cuchillo de palo". Clara al llegar a su hogar, tras dejar a Clemente, empieza a detonar con una fuerte discusión con su marido. Es una profesional impecable!! Los insultos de su esposo se escuchan hasta la otra calle, parecía desequilibrado: hija de putaaaaaaaaaaaaaa! gritaba como cerdo. Un vecino llamó al 911 y ahí terminó ese capítulo que desmbocó en el divorcio.
Como pasan los meses y no parece alterarse a pesar de todo Clara. Ya no quiere hablar con nadie pero en su consultorio amable y atendiendo los problemas con su precisión, siempre permanece y sus rasgos de simpatía no la vencen. Clemente mostró mejores síntomas y hasta una compañera de él que conquistó y empezaron a noviar. Clara, como psiquiatra es minuciosa y pide conocer la novia de Clemente. En el campo cerca de la casa de Clemente, siempre se encontraba con su novia, Clara la conoce tocándole el pene a Clemente y dijo: perdón!
Clemente en el episodio parecía enojado, se retiraron con su novia. Clara se quedó pensando y al otro día citó a su consultorio a la madre de Clemente, en su lugar fue la tía. Allí hablaron y empezó a decir que todo marchaba sobre ruedas, Clemente mejoraba pero éste noviazgo puede distraerlo del objetivo. Clara no se contuvo y le contó que la novia de Clemente era una niña precoz por así decirlo, que le metió la mano al pito. La tía del jovencito atinó a decir que hablaría con los padres de esa adolescente y así le disparó la secuencia de palabras -como un maso de cartas arrojado a la cara- a sus padres. El noviazgo terminó y Clemente supo la razón: su psiquiatra se entrometió en su vida.
Ya llegaron los tiempos de vacaciones. Entró el calendario en Enero y se tomó 15 días Clara Cipriano con un viaje a México. Pero cuando llegó lo primero que hizo eran intentar congraciarse con Clemente, para que no sintiera ese odio leve que le tenía por sacarle de lado una novia. Le trajo regalos y le pidió que la acompañara a la fiesta de su primo. Como Clemente es tan apuesto, se luciría. Ella con imponentes 35 años y el chicuelo de 13, las cosas parecerían mal, pero era distenderse. Clemente entre puteadas más o menos, acepta, total los padres parecen unos entes que no dicen nada.
Trajiste a un niño que no se sabe ni hacer la paja Clarita jajajajajajajajjaja- Resonó el comentario de Juan Pirano (uno de esos ex amigos de secundaria en la fiesta).
"Las luces se encienden calle Corrientes..." sonaba la canción al entrar al salón. Clara sonó más fuete que la canción: qué sabés vos, si siempre fuiste un infeliz!! Contestó y el salón parece haber silenciado como un cementerio. Mina loca dijo uno por una mesa del medio, otro contesta que son así y no tienen remedio.
Empieza el baile típico de los casamientos y fiestas, se lanzan a la pista todos y Clara toma a Clemente para empezar a bailar: -no no se bailar tropical, dijo Clemente y Clara agregó: qué importa si están las luces!
Ésta vez Clara le ofrece cerveza en el baso a Clemente, y repara el joven: -
-pero no es que no puedo por los medicamentos?
Clara contesta: un baso no va a hacer efecto Clemente!
-Perfecto, responde él, gracias!!
"Se lo va a voltear ésta yegua al chico con la excusita esa de que es su paciente", "no seas arpía Ofelia, atendé a los chicos y dejáte de culiadeces". "Puta el viejo choto...", "sos como tu mamá, una lengua larga y mal pensada" Iban y venían las palabras de un matrimonio.
Todo seguía y llega el momento de bailar abrazado cuando suena "al final no es caualidad..." Clemente quiere bajarse del baile, Clara no lo deja. Ella siente el contacto, él está molesto todavía por perder a su novia adolescente. No obstante se cruzaron mil sensaciones por él.
Toda la fiesta terminó y se fueron en el auto de Clara lejos, a la zona de los esteros y allí él saca un cigarrilo: -Ah, fumás? dijo Clara.
-Por supuesto, soy un hombre. Dijo Clemente.
-Jaajajajajjajajajajaja qué tremendo muchacho, asevera Clara.
Divaga la conversación en lo que le gusta Clemente que se va soltando, ésta vez prefiere Clara escuchar donde le gustaría vivir a Clemente y qué hacer en el futuro.
-Clemente, soy linda?
- Claro Clara, hermosa, pero metida.
Clara sonríe levemente como si no quisiera y mirando frente a la ruta. Clara se para y le pregunta si la piel de la pierna la tiene áspera porque tiene un problema ahí: me podés hacer el favor de fijarte? Clemente la toca por encima de la rodilla. Más arriba Cle, le dice Clara. No más arriba por favor! sigue diciendo: estás contento, te gustó? le das un beso a tu psiquiatra? pregunta Clara mientras Clemente tiene la mano más arriba. Clemente se acerca y le da besos en la mejilla. Clara señala cerca de sus labios, Clemente cree que es un juego inocente y la besa, pero Clara lanza suavemente de forma imperceptible sus labios sobre los de Clemente y él queda besándola, lo siente tenue e intenso que sigue sigue y no saca las manos de sus piernas, llegando a la pubis de ella.
-Yo te enseño papito, meté la mano más arriba, poné el dedito acá. Mientras le hacía palpar el hueco de su vagina.
-No Clara mirá yo no se...
-Yo te enseño: querés?
-Sí, bueno...
Empezó el contacto lascivo y ella notaba como se daban las cosas.
Prosiguió y siempre a penas pasaba la puerta de su casa Clemente le sacaba directamente los pantalones y todo.
Un día la tía de Clemente decide al pasar las vacaciones ir a buscar a su sobrino y un poco de curiosidad, al consultorio. La secretaria en la entrada le dice que avisará a Clara que está presente, pero Clara, pero la tía de Clemente se precipita y anticipa el paso, llega a la puerta, está con llave, empuja, y por vaya a saber qué fuerzas le quita la llave a la secretaria e ingresa. Al ingresar descubre con la camisa descubierta a Clemente, que intenta acomodarse los pantalones y los pechos de Clara al descubierto. Lo lleva casi de la oreja a su sobrino. Posteriormente radica una denuncia penal contra la psiquiatra Clara Cipriano. Le pregunta a Clemente el Juez pero él no responde.
Llega el momento del juicio, donde entra en otro tratamiento con otro profesional Clemente -que es asistido psicológicamente-. Están los padres y la tía presente. Clara en el banquillo de acusados. Todo indica que es el final de ella. El escándalo televisado por todas partes, llegaron de Chile las cámaras, de Uruguay, de Paraguay y hasta una cadena española para transmitir el gran juicio. A las tres de la tarde en vivo se dilataba todo y el especialista en criminología de una canal nacional estaba presente defenestrando a Clara Cipriano. Mostró su perfil psicológico y hasta se habló de la pena y la inhabilitación de su licencia para ejercer. Muchos cabos sueltos!! la familia de Clemente estaba haciendo números con la reparación económica que tendrían y su abogado ni qué contarlo. El calor arrasaba en la sala durante esa espera, la espera se había hecho larga. Llegó el Juez, es momento de la sentencia. Clara lo mira con mucho amor a Clemente, le quedan algunas palabras para decir y dispara en la sala al quedar en silencio absoluto: -Te amo Clemente, éstas personas acá no entienden lo que te amo, no comprenden lo que vivimos, lo vi en tus ojos, en tu ternura...al principio me pareció satisfacción pero te empecé a amar. Te empecé a sentir y no pude controlar mi enamoramiento y nunca te quitaría nada de lo que sos, al contrario, yo te lo daría. Tus amigos, tu vida, pensar que a mi lado estás Clemente...
Basta- Grita la tía de Clemente.
Nooooooooo- Dijo Clemente.
-Que hable entonces. Dijo el juez.
Por lo que Clemente tembloroso empezó a hablar:
-Yo quise estar con ella, no es culpable, la tenté, la quise tener, deliré con besarla de pies a cabeza, con tener sexo. Siento lo mismo que vos Clara!
Clara parece sorprendida, no sale del asombro y hasta mira de nuevo con ternura pero confundida al escuchar ésto.
-Me cago en el pendejo de mierda!! Dijo el ex marido de Clara.
-Orden!! Grita el Juez.
Todo se calma.
Clemente mira a su tía y le dice: -no lo hagás, vos sabés que éstos vividores se van a farrear la guita. Mientras miraba señalando a sus padres.
-Es cierto, Clemente siempre me dijo que la quería a Clara y que la seduciría para estar con él! Así habló la tía de Clemente.
El juez interroga: usted reconoce que todas éstas acusaciones son infundadas?
-Sí. Asevera la tía de Clemente.
Finalmente todo pasó, queda absuelta Clara Cipriano.
Clemente se va a vivir con su tía. Él cumple los 14 años. Clara aparece a saludarlo, la tía de Clemente le abre la puerta. Al otro día tramita el papel que le hace falta Clemente para hacer lo que deseó desde el primer momento: estar con Clara.
Llega Clemente a casa de Clara y le dice: -conseguí lo que esperaba!!
-Estás loco? no podés estar acá!!
-Vine para quedarme con vos!
-Me van a meter presa!
- No Clara, ahora no, nunca más va a ser!! Mirá el certificado!
-Clemente, casate conmigo!
-Sí y nos vamos de acá para siempre.
-Nos vamos Clemente, ya soy feliz con vos!
Clemente experimenta un nuevo tiempo, amigos, escuela, otro lugar...amor y tranquilidad al lado de Clara. Al poco tiempo se le declara un cáncer a Clara. Pasaron seis meses y fallece.
Clemente empieza una vida solo, a veces visita a su tía cada un mes o dos. Está triste, pero el sabe en su corazón que sí hubo muchos excesos de Clara, pero no lo dirá al pequeño que lleva con él a todas partes. Le va a contar las cosas más dulces de su madre.
Así que ese día pasaron por el instituto sus padres mientras la dieron un golpe en la nuca -suave- a Clemente: -Y te portás bien ¿te queda claro? no quiero esas quejas de nuevo, para algo vas a la escuela ¡animal!
Clemente ingresa, es su turno. Lo atiende la psiquiatra Clara Cipriano. Se ve una mujer seria, mira de frente y nada parece inestabilizarla. Le da las recetas y pide que vuelva el Jueves. Por lo que Clemente regresó luego de ir a la escuela. Ésta vez el chico tiene el consejo de Clara de empezar a soltar sus dramas. La medicación empezó a aumentar.
Clara reside cerca de donde vive Clemente, así que amablemente se ofrece a llevarlo, puesto que Clemente era el último en su consultorio en atender. Así que en esas cosas Clara quiere poner de mejor humor y ego a Clemente y decide llevarlo un momento a la sala de video juegos -donde Clemente ríe demasiado y disfruta-. Clara lo deja y empieza un torbellino de pensamientos por sus propios problemas, ya saben el dicho "en casa de herrero, cuchillo de palo". Clara al llegar a su hogar, tras dejar a Clemente, empieza a detonar con una fuerte discusión con su marido. Es una profesional impecable!! Los insultos de su esposo se escuchan hasta la otra calle, parecía desequilibrado: hija de putaaaaaaaaaaaaaa! gritaba como cerdo. Un vecino llamó al 911 y ahí terminó ese capítulo que desmbocó en el divorcio.
Como pasan los meses y no parece alterarse a pesar de todo Clara. Ya no quiere hablar con nadie pero en su consultorio amable y atendiendo los problemas con su precisión, siempre permanece y sus rasgos de simpatía no la vencen. Clemente mostró mejores síntomas y hasta una compañera de él que conquistó y empezaron a noviar. Clara, como psiquiatra es minuciosa y pide conocer la novia de Clemente. En el campo cerca de la casa de Clemente, siempre se encontraba con su novia, Clara la conoce tocándole el pene a Clemente y dijo: perdón!
Clemente en el episodio parecía enojado, se retiraron con su novia. Clara se quedó pensando y al otro día citó a su consultorio a la madre de Clemente, en su lugar fue la tía. Allí hablaron y empezó a decir que todo marchaba sobre ruedas, Clemente mejoraba pero éste noviazgo puede distraerlo del objetivo. Clara no se contuvo y le contó que la novia de Clemente era una niña precoz por así decirlo, que le metió la mano al pito. La tía del jovencito atinó a decir que hablaría con los padres de esa adolescente y así le disparó la secuencia de palabras -como un maso de cartas arrojado a la cara- a sus padres. El noviazgo terminó y Clemente supo la razón: su psiquiatra se entrometió en su vida.
Ya llegaron los tiempos de vacaciones. Entró el calendario en Enero y se tomó 15 días Clara Cipriano con un viaje a México. Pero cuando llegó lo primero que hizo eran intentar congraciarse con Clemente, para que no sintiera ese odio leve que le tenía por sacarle de lado una novia. Le trajo regalos y le pidió que la acompañara a la fiesta de su primo. Como Clemente es tan apuesto, se luciría. Ella con imponentes 35 años y el chicuelo de 13, las cosas parecerían mal, pero era distenderse. Clemente entre puteadas más o menos, acepta, total los padres parecen unos entes que no dicen nada.
Trajiste a un niño que no se sabe ni hacer la paja Clarita jajajajajajajajjaja- Resonó el comentario de Juan Pirano (uno de esos ex amigos de secundaria en la fiesta).
"Las luces se encienden calle Corrientes..." sonaba la canción al entrar al salón. Clara sonó más fuete que la canción: qué sabés vos, si siempre fuiste un infeliz!! Contestó y el salón parece haber silenciado como un cementerio. Mina loca dijo uno por una mesa del medio, otro contesta que son así y no tienen remedio.
Empieza el baile típico de los casamientos y fiestas, se lanzan a la pista todos y Clara toma a Clemente para empezar a bailar: -no no se bailar tropical, dijo Clemente y Clara agregó: qué importa si están las luces!
Ésta vez Clara le ofrece cerveza en el baso a Clemente, y repara el joven: -
-pero no es que no puedo por los medicamentos?
Clara contesta: un baso no va a hacer efecto Clemente!
-Perfecto, responde él, gracias!!
"Se lo va a voltear ésta yegua al chico con la excusita esa de que es su paciente", "no seas arpía Ofelia, atendé a los chicos y dejáte de culiadeces". "Puta el viejo choto...", "sos como tu mamá, una lengua larga y mal pensada" Iban y venían las palabras de un matrimonio.
Todo seguía y llega el momento de bailar abrazado cuando suena "al final no es caualidad..." Clemente quiere bajarse del baile, Clara no lo deja. Ella siente el contacto, él está molesto todavía por perder a su novia adolescente. No obstante se cruzaron mil sensaciones por él.
Toda la fiesta terminó y se fueron en el auto de Clara lejos, a la zona de los esteros y allí él saca un cigarrilo: -Ah, fumás? dijo Clara.
-Por supuesto, soy un hombre. Dijo Clemente.
-Jaajajajajjajajajajaja qué tremendo muchacho, asevera Clara.
Divaga la conversación en lo que le gusta Clemente que se va soltando, ésta vez prefiere Clara escuchar donde le gustaría vivir a Clemente y qué hacer en el futuro.
-Clemente, soy linda?
- Claro Clara, hermosa, pero metida.
Clara sonríe levemente como si no quisiera y mirando frente a la ruta. Clara se para y le pregunta si la piel de la pierna la tiene áspera porque tiene un problema ahí: me podés hacer el favor de fijarte? Clemente la toca por encima de la rodilla. Más arriba Cle, le dice Clara. No más arriba por favor! sigue diciendo: estás contento, te gustó? le das un beso a tu psiquiatra? pregunta Clara mientras Clemente tiene la mano más arriba. Clemente se acerca y le da besos en la mejilla. Clara señala cerca de sus labios, Clemente cree que es un juego inocente y la besa, pero Clara lanza suavemente de forma imperceptible sus labios sobre los de Clemente y él queda besándola, lo siente tenue e intenso que sigue sigue y no saca las manos de sus piernas, llegando a la pubis de ella.
-Yo te enseño papito, meté la mano más arriba, poné el dedito acá. Mientras le hacía palpar el hueco de su vagina.
-No Clara mirá yo no se...
-Yo te enseño: querés?
-Sí, bueno...
Empezó el contacto lascivo y ella notaba como se daban las cosas.
Prosiguió y siempre a penas pasaba la puerta de su casa Clemente le sacaba directamente los pantalones y todo.
Un día la tía de Clemente decide al pasar las vacaciones ir a buscar a su sobrino y un poco de curiosidad, al consultorio. La secretaria en la entrada le dice que avisará a Clara que está presente, pero Clara, pero la tía de Clemente se precipita y anticipa el paso, llega a la puerta, está con llave, empuja, y por vaya a saber qué fuerzas le quita la llave a la secretaria e ingresa. Al ingresar descubre con la camisa descubierta a Clemente, que intenta acomodarse los pantalones y los pechos de Clara al descubierto. Lo lleva casi de la oreja a su sobrino. Posteriormente radica una denuncia penal contra la psiquiatra Clara Cipriano. Le pregunta a Clemente el Juez pero él no responde.
Llega el momento del juicio, donde entra en otro tratamiento con otro profesional Clemente -que es asistido psicológicamente-. Están los padres y la tía presente. Clara en el banquillo de acusados. Todo indica que es el final de ella. El escándalo televisado por todas partes, llegaron de Chile las cámaras, de Uruguay, de Paraguay y hasta una cadena española para transmitir el gran juicio. A las tres de la tarde en vivo se dilataba todo y el especialista en criminología de una canal nacional estaba presente defenestrando a Clara Cipriano. Mostró su perfil psicológico y hasta se habló de la pena y la inhabilitación de su licencia para ejercer. Muchos cabos sueltos!! la familia de Clemente estaba haciendo números con la reparación económica que tendrían y su abogado ni qué contarlo. El calor arrasaba en la sala durante esa espera, la espera se había hecho larga. Llegó el Juez, es momento de la sentencia. Clara lo mira con mucho amor a Clemente, le quedan algunas palabras para decir y dispara en la sala al quedar en silencio absoluto: -Te amo Clemente, éstas personas acá no entienden lo que te amo, no comprenden lo que vivimos, lo vi en tus ojos, en tu ternura...al principio me pareció satisfacción pero te empecé a amar. Te empecé a sentir y no pude controlar mi enamoramiento y nunca te quitaría nada de lo que sos, al contrario, yo te lo daría. Tus amigos, tu vida, pensar que a mi lado estás Clemente...
Basta- Grita la tía de Clemente.
Nooooooooo- Dijo Clemente.
-Que hable entonces. Dijo el juez.
Por lo que Clemente tembloroso empezó a hablar:
-Yo quise estar con ella, no es culpable, la tenté, la quise tener, deliré con besarla de pies a cabeza, con tener sexo. Siento lo mismo que vos Clara!
Clara parece sorprendida, no sale del asombro y hasta mira de nuevo con ternura pero confundida al escuchar ésto.
-Me cago en el pendejo de mierda!! Dijo el ex marido de Clara.
-Orden!! Grita el Juez.
Todo se calma.
Clemente mira a su tía y le dice: -no lo hagás, vos sabés que éstos vividores se van a farrear la guita. Mientras miraba señalando a sus padres.
-Es cierto, Clemente siempre me dijo que la quería a Clara y que la seduciría para estar con él! Así habló la tía de Clemente.
El juez interroga: usted reconoce que todas éstas acusaciones son infundadas?
-Sí. Asevera la tía de Clemente.
Finalmente todo pasó, queda absuelta Clara Cipriano.
Clemente se va a vivir con su tía. Él cumple los 14 años. Clara aparece a saludarlo, la tía de Clemente le abre la puerta. Al otro día tramita el papel que le hace falta Clemente para hacer lo que deseó desde el primer momento: estar con Clara.
Llega Clemente a casa de Clara y le dice: -conseguí lo que esperaba!!
-Estás loco? no podés estar acá!!
-Vine para quedarme con vos!
-Me van a meter presa!
- No Clara, ahora no, nunca más va a ser!! Mirá el certificado!
-Clemente, casate conmigo!
-Sí y nos vamos de acá para siempre.
-Nos vamos Clemente, ya soy feliz con vos!
Clemente experimenta un nuevo tiempo, amigos, escuela, otro lugar...amor y tranquilidad al lado de Clara. Al poco tiempo se le declara un cáncer a Clara. Pasaron seis meses y fallece.
Clemente empieza una vida solo, a veces visita a su tía cada un mes o dos. Está triste, pero el sabe en su corazón que sí hubo muchos excesos de Clara, pero no lo dirá al pequeño que lleva con él a todas partes. Le va a contar las cosas más dulces de su madre.
Estaba sentado en una piedra pensativo acerca de qué haría, vio el sendero y tal como hoy partió a preguntar ¿qué sucede? Le contestaron -están atacando nuestra nación! y dijo: entonces iré a la guerra!
Sucedió que combatió hasta el último, de hecho fue el único que quedó en campo de combate, hizo todo lo posible hasta destronar a quien en filas enemigas tenía a cargo la guerra. Después de cruzar la frontera ingresó a los campos más recónditos de esa nación atacante, y llegó a la capital para tomarla solo. Finalmente asaltó concejo del rey y ese Rey de la nación vecina le cede tierras y explotaciones para su nación. Así retorna a su país un día de largo viaje y es recibido con honores por su monarca, su propio monarca no sabe que hacer y lo designa -al ser tan joven- Coronel. No había ya gente en su ejército y empezaron a llegar jóvenes en demasía. Sólo dos o tres veteranos quedan para comandarlo y su carrera fue ejemplar.
Al tiempo aparece una resolución de absoluta ilegalidad al dinero del país atacante. Entre tanto los veteranos sabían que tarde o temprano aquel joven sería el comandante en jefe al retirarse ellos. Y fue que pensaron: qué hacer? dado que el tiempo no era favorable a ellos, urdieron la trampa de la bolsa negra, allí depositaron el dinero ilegal y por último pusieron la bolsa en el casillero. Al otro día el comandante en Jefe estaría revisando siempre a las 8 AM los casilleros de todos
-cosa de rutina- hasta que al pasar abriendo el casillero de aquel joven encontró la "bolsa negra" -Qué hay aquí, Coronel? preguntó. Respondió el héroe de guerra: -no lo se Señor! Acto seguido abre la bolsa y encuentra el dinero ilegal. El Coronel héroe lo ve con asombro y estupor. Lo mira a los ojos el Comandante en Jefe y en voz casi baja y decepcionada diciendo: -Venga a mi oficina por favor!
El Coronel entristecido mira absorto y el comandante en jefe hace un gesto de "difícil situación" y prosigue asegurando en voz más alta: -Tome asiento Coronel! o debo decirle ex Coronel? le pregunto. Responde: dígalo como lo sienta. El Comandante se queda por segundos pasmado y dice: -deberé llamar al Rey, pero debo cumplir mi obligación, le retiro la medalla, lo despojo de su oficina, lo degrado y lo llevo al calabozo ¿tiene algo que decir? Cor- que yo no he sido Señor!
Com- Entonces cómo se explica evidencia tan concluyente?
Cor- A menos que me tendieran una trampa.
Com- Usted es culpable y lo lamento de corazón!
Cor- no señor, pero si me lo permite sí: fui a una guerra más nadie me había llamado a tal cosa, me hicieron héroe, me cedieron cosas para ésta nación, fue rápido todo y no podría creer que ésto duraría siempre. En lugar de quedarme en casa cometí el error más grande al volver "querer ser el ejemplo de todos" fui soberbio señor! lo se! porque me quise quedar con la gloria, pero le puedo asegurar que ésto es una trampa, que no está en mí tener una bolsa negra para complacerme ni llenarme de dinero. Si ésto no es suficiente, pues, deme la pena máxima!
Com- Coronel, seguirá siendo Coronel en tanto busco si hubo animosidad en su contra!
Cor- Gracias Señor!
El comandante se apresta a buscar elementos y comienza a mostrarse camarada de todos los subalternos, comienza a hablar mal del coronel y los subalternos confiesan entre copas lo sucedido. Finalmente encuentra a los culpables y los expulsa de la fuerza. El Coronel decide guardar silencio y estar en el anonimato sin exponerse a cámaras ni micrófonos por largo tiempo hasta que los jóvenes hagan su carrera para irse de una vez a casa: UN NUEVO COMBATE LE ESPERA!
Sucedió que combatió hasta el último, de hecho fue el único que quedó en campo de combate, hizo todo lo posible hasta destronar a quien en filas enemigas tenía a cargo la guerra. Después de cruzar la frontera ingresó a los campos más recónditos de esa nación atacante, y llegó a la capital para tomarla solo. Finalmente asaltó concejo del rey y ese Rey de la nación vecina le cede tierras y explotaciones para su nación. Así retorna a su país un día de largo viaje y es recibido con honores por su monarca, su propio monarca no sabe que hacer y lo designa -al ser tan joven- Coronel. No había ya gente en su ejército y empezaron a llegar jóvenes en demasía. Sólo dos o tres veteranos quedan para comandarlo y su carrera fue ejemplar.
Al tiempo aparece una resolución de absoluta ilegalidad al dinero del país atacante. Entre tanto los veteranos sabían que tarde o temprano aquel joven sería el comandante en jefe al retirarse ellos. Y fue que pensaron: qué hacer? dado que el tiempo no era favorable a ellos, urdieron la trampa de la bolsa negra, allí depositaron el dinero ilegal y por último pusieron la bolsa en el casillero. Al otro día el comandante en Jefe estaría revisando siempre a las 8 AM los casilleros de todos
-cosa de rutina- hasta que al pasar abriendo el casillero de aquel joven encontró la "bolsa negra" -Qué hay aquí, Coronel? preguntó. Respondió el héroe de guerra: -no lo se Señor! Acto seguido abre la bolsa y encuentra el dinero ilegal. El Coronel héroe lo ve con asombro y estupor. Lo mira a los ojos el Comandante en Jefe y en voz casi baja y decepcionada diciendo: -Venga a mi oficina por favor!
El Coronel entristecido mira absorto y el comandante en jefe hace un gesto de "difícil situación" y prosigue asegurando en voz más alta: -Tome asiento Coronel! o debo decirle ex Coronel? le pregunto. Responde: dígalo como lo sienta. El Comandante se queda por segundos pasmado y dice: -deberé llamar al Rey, pero debo cumplir mi obligación, le retiro la medalla, lo despojo de su oficina, lo degrado y lo llevo al calabozo ¿tiene algo que decir? Cor- que yo no he sido Señor!
Com- Entonces cómo se explica evidencia tan concluyente?
Cor- A menos que me tendieran una trampa.
Com- Usted es culpable y lo lamento de corazón!
Cor- no señor, pero si me lo permite sí: fui a una guerra más nadie me había llamado a tal cosa, me hicieron héroe, me cedieron cosas para ésta nación, fue rápido todo y no podría creer que ésto duraría siempre. En lugar de quedarme en casa cometí el error más grande al volver "querer ser el ejemplo de todos" fui soberbio señor! lo se! porque me quise quedar con la gloria, pero le puedo asegurar que ésto es una trampa, que no está en mí tener una bolsa negra para complacerme ni llenarme de dinero. Si ésto no es suficiente, pues, deme la pena máxima!
Com- Coronel, seguirá siendo Coronel en tanto busco si hubo animosidad en su contra!
Cor- Gracias Señor!
El comandante se apresta a buscar elementos y comienza a mostrarse camarada de todos los subalternos, comienza a hablar mal del coronel y los subalternos confiesan entre copas lo sucedido. Finalmente encuentra a los culpables y los expulsa de la fuerza. El Coronel decide guardar silencio y estar en el anonimato sin exponerse a cámaras ni micrófonos por largo tiempo hasta que los jóvenes hagan su carrera para irse de una vez a casa: UN NUEVO COMBATE LE ESPERA!
Por aquellos años de cuando tenía veinte, Juan Antonio Nieves era un joven demasiado atractivo, poseía ese don que lo engalanaba con naturaleza dotada de los dioses. Era cuestión de caminar o juntarse con los amigos del padle que siempre alguna mujer lo miraba. Entre esas cosas la empresa del padre de Juancito había quebrado, pues se vio obligado a dejar el padle y esas relaciones.
Qué tristeza Juan!! le dijo Micaela, una de esas amigas del grupete y hasta quiso de millones de formas darle ánimo. Pero la vida del Juanchi no volvió a ser la misma, no mejor ni peor, sino prescindido(alejado) de lo que conoció.
Se mudaron a un suburbio muy populoso en el que abundaban los bullicios, la gente tiraba cosas por donde sea y había quienes se drogaban.
Por ahí andaba paseando Juan con su bella ropa por el centro, se seguía sentando en las viejas confiterías a las que iba pero la gente que le era propia, dejó de serlo de la noche a la mañana. En un abrir y cerrar los ojos empezó a ser un teórico socialoide y empezó a querer destruir el sistema que lo había destruido.
Micaela por lástima tal vez lo invitó a ir de paseo a un lugar muy conocido en Chile, un barrio de la alta alcurnia donde vivía su tío, una suerte de socialoide pero repleto de dinero. Sabía que Juan se sentiría bien, y fue de vacaciones al barrio de Las Condes.
Micaela era amiga de Juan, amiga de las que se circunscriben nada más que a eso. Pero Juan empezó a verse casi sólo y Mica, emepezó a sentir cariño no de amigo por él. Siempre compartían los cigarrillos y ya llevaban cuatro años así. Juan siempre convidó cigarrillos de los más caros. El rito siguió y siguió, aunque empezaron a flaquear los cigarrillos de Juan y Micaela convidaba.
En esas vacaciones el tío de Mica, decidió dejarles la casa .Entonces ella comenzó a acercarse Juan de forma peligrosa, a mostrar su trasero sin ropa interior, y usar cuánto método hubiera para ser mirada. Juan se descuidó y definitivamente probó la miel de los besos de Mica. Y poco a poco la tocó, se acostaron juntos e iniciaron un romance demasiado pasional en el que Juan no había tenido tantos sentimientos con nadie, ni para con él hubo antes.
Decididamente se querían y Mica iba por todo lo de Juan, así que arrancó sonrisas y cosas demasiado dulces de Juanchi, pasando tardes y mañanas abrazados y amándose mutuamente. No obstante Mica algo guardaba en todo eso, Juan lo notó y así lograron mirarse con desconfianza relativamente.
Juan no tenía ya lo de otros tiempos y empezaba a pedir cigarrillos y requerir la ayuda de Mica en muchas cosas. Mas ella lanzó reproches y quejándose de la situación llegó a los extremos. Qué por ello Juan esperaba terminara Enero para regresar a su casa y hasta quería de anticipo volver. Mica intentó que no fuera así, pero seguía en ese tren de reproches uno tras otro. Juan más tiempo pasó afuera y así fue conociendo en el barrio más caro de Chile a distintos amigos.
Una mañana salió a caminar y habló con su nuevo amigo, Alberto. Alberto era de esos chilenos ocurrentes y de buen humor y le presentó a su tía, una literata que se mostraba muy firme y de refinados modales, dones de belleza a la viuda no le faltaron. La Elonora distinguida, como la conocían, era exuberante y empezó a cuestionar a Alberto por su amistad con ese joven argentino "Juan". Detrás de eso se escondía algo, dado que ella le decía a Juan, en esos interines en que Alberto iba al baño o se distraía, que olvidara esa novia que tanto le discutía. Era momento de poner coto a la situación incómoda. Puso Eleonora a Alberto lo más lejos posible y empezó a invitar a tertulias a Juan y hasta se animó a invitarlo a almorzar al centro comercial. Allí de casualidad Micaela visualizó a la mayorcita sonriente frente a Juan. Parecía que moría consumida en los quintos infiernos, por lo que decidió presentarse ante Eleonora diciendo de dónde venía. Al acercarse Micaela, la viuda la invita a tomar asiento, una vez sentada le pregunta: -Y qué te puedo invitar niña?
M- Nada, gracias!
E- Es un gusto que estés con nosotros: qué te trajo por acá?
M- Ver que sucede con mi novio Juan, pero creo que nada malo, veo que está bien acompañado. (Dijo con aires de ironía)
E- Pero qué niña jajajajjajajaja Si tuviera un novio así lo cuidaría!!
M- Se ve que sos bastante experimentada!
E- No seas atrevida!
M- Vieja puta dejá mi novio, pedazo de mierda!
E- Bocona: por éste escándalo quieres que llame a seguridad? así te meten de patitas a la calle y para colmo que eres extranjera...!!
J- Por favor Micaela, dejá de joder, ya nos vamos.
E- Haz caso a tu novio cabra loca! como puedes tener un novio así y comportarte como una roteque?
M- Hija de re mil puta, calláte!!!
J- Perdón Leonora, gracias por tu hospitalidad, me retiro, te pido infinitamente disculpas, estoy avergonzado.
M- Y vos qué hijo de pu...
J- Vamos, dejá las pelotudeces!
Llegaron a la casa y los candelabros antiguos adornaban la siesta, Mica, no le dirige a Juanchi la palabra, lo mira con desdén y hasta lagrimea, pero lo intenta disimular.
Separados duermen la siesta y deciden no hablarse. A la tarde se juntarían en el comedor a tomar el té, y cumplieron con ese ritual que estableció el tío de Micaela que andaba por esos momentos en el sur de Chile confiando en los jovenzuelos.
Pasaron las horas del silencio atronador.
Toc toc suena la puerta a las siete de la tarde: Era Eleonora, venía con un vestido corto y escotado. Atiende Micaela: Qué querés?
E- Vine para ver como estabas, te vi mal y te puedo ayudar con un médico amigo para que te trates.
M- No estoy loca, pelotuda!
E: Cálmate por favor, ya cuando venga tu tío hablaré con él con calma. Me retiro, no vine con ánimos de pelear!
J: pero que te pasa Mica, por el amor de Dios!
M: Chau! (y cerró la puerta de manera violenta) Vieja culia...murmura
J: tal vez Leonora tenga razón y necesites un tratamiento, nada malo va a pasar si lo hacés!
M: Ay! cómo podés ser tan cínico?
El caso es que Juan llamó donde estaba el tío de Micaela y comentó todo lo sucedido, el hombre éste prometió regresar al otro día y presentar a Mica un médico psiquiátrico dados sus "desbordes".
Eleonora era vieja conocida del médico y del tío de Micaela, por lo que ya tenía corazonadas sin saber de lo que seguiría.
Llegó la mañana, Micaela tenía inquietud, fumaba como murciélago mas no había desayunado aún. Se abrieron las puertas y apareció su tío, quien disparó -buen día Micaela! vine por tu estado grave el cual me comentaron, nunca pensé que tú estarías llena de berrinches y esos desórdenes psíquicos, por lo que mi amado hermano, tu querido padre no quiero que pase. Mis opciones son dos, o te vuelves a Mendoza o en todo caso, dispondré de un psiquiatra para que cuando llegues de regreso las cosas se encuentren bien y no quiero resquemores en la familia.
Micaela miró a Juan con odio, a su tío con ira y empezó a insultar, a ponerse colorada en medio de su candidez de siempre, su tío corrió donde el teléfono y pidió llegue alguien para salvar esa situación, pues no había visto jamás tales desbordes. En pocos minutos llegó el psiquiatra y acompañado por dos enfermeros procedieron a llevar a Micaela sujetándola y subiéndola a un auto. Quedó Juan y el tío de Mica en esa casa pintoresca de aquel barrio caro de Chile, cuando el sol de la tarde se ocultaba y las nubes se apoderaban, fue que recibieron el llamado del médico, indicaba el mismo que estaba bien medicada y que ya había realizado una receta.
Juan ahí es que decide separarse de Micaela y contarlo a su tío, asegurando que, no volvería por ella a tener ese amor que se consumó en ausencia de él. Tampoco repetiría ser amigo, dado que como amiga falló en reiteradas oportunidades y dejó de ser solidaria y buena como parecía. Así que Juan emprendió camino a su valentía para expresarlo y se fue retirando de la vida de ellos y haciendo las maletas.
Qué tristeza Juan!! le dijo Micaela, una de esas amigas del grupete y hasta quiso de millones de formas darle ánimo. Pero la vida del Juanchi no volvió a ser la misma, no mejor ni peor, sino prescindido(alejado) de lo que conoció.
Se mudaron a un suburbio muy populoso en el que abundaban los bullicios, la gente tiraba cosas por donde sea y había quienes se drogaban.
Por ahí andaba paseando Juan con su bella ropa por el centro, se seguía sentando en las viejas confiterías a las que iba pero la gente que le era propia, dejó de serlo de la noche a la mañana. En un abrir y cerrar los ojos empezó a ser un teórico socialoide y empezó a querer destruir el sistema que lo había destruido.
Micaela por lástima tal vez lo invitó a ir de paseo a un lugar muy conocido en Chile, un barrio de la alta alcurnia donde vivía su tío, una suerte de socialoide pero repleto de dinero. Sabía que Juan se sentiría bien, y fue de vacaciones al barrio de Las Condes.
Micaela era amiga de Juan, amiga de las que se circunscriben nada más que a eso. Pero Juan empezó a verse casi sólo y Mica, emepezó a sentir cariño no de amigo por él. Siempre compartían los cigarrillos y ya llevaban cuatro años así. Juan siempre convidó cigarrillos de los más caros. El rito siguió y siguió, aunque empezaron a flaquear los cigarrillos de Juan y Micaela convidaba.
En esas vacaciones el tío de Mica, decidió dejarles la casa .Entonces ella comenzó a acercarse Juan de forma peligrosa, a mostrar su trasero sin ropa interior, y usar cuánto método hubiera para ser mirada. Juan se descuidó y definitivamente probó la miel de los besos de Mica. Y poco a poco la tocó, se acostaron juntos e iniciaron un romance demasiado pasional en el que Juan no había tenido tantos sentimientos con nadie, ni para con él hubo antes.
Decididamente se querían y Mica iba por todo lo de Juan, así que arrancó sonrisas y cosas demasiado dulces de Juanchi, pasando tardes y mañanas abrazados y amándose mutuamente. No obstante Mica algo guardaba en todo eso, Juan lo notó y así lograron mirarse con desconfianza relativamente.
Juan no tenía ya lo de otros tiempos y empezaba a pedir cigarrillos y requerir la ayuda de Mica en muchas cosas. Mas ella lanzó reproches y quejándose de la situación llegó a los extremos. Qué por ello Juan esperaba terminara Enero para regresar a su casa y hasta quería de anticipo volver. Mica intentó que no fuera así, pero seguía en ese tren de reproches uno tras otro. Juan más tiempo pasó afuera y así fue conociendo en el barrio más caro de Chile a distintos amigos.
Una mañana salió a caminar y habló con su nuevo amigo, Alberto. Alberto era de esos chilenos ocurrentes y de buen humor y le presentó a su tía, una literata que se mostraba muy firme y de refinados modales, dones de belleza a la viuda no le faltaron. La Elonora distinguida, como la conocían, era exuberante y empezó a cuestionar a Alberto por su amistad con ese joven argentino "Juan". Detrás de eso se escondía algo, dado que ella le decía a Juan, en esos interines en que Alberto iba al baño o se distraía, que olvidara esa novia que tanto le discutía. Era momento de poner coto a la situación incómoda. Puso Eleonora a Alberto lo más lejos posible y empezó a invitar a tertulias a Juan y hasta se animó a invitarlo a almorzar al centro comercial. Allí de casualidad Micaela visualizó a la mayorcita sonriente frente a Juan. Parecía que moría consumida en los quintos infiernos, por lo que decidió presentarse ante Eleonora diciendo de dónde venía. Al acercarse Micaela, la viuda la invita a tomar asiento, una vez sentada le pregunta: -Y qué te puedo invitar niña?
M- Nada, gracias!
E- Es un gusto que estés con nosotros: qué te trajo por acá?
M- Ver que sucede con mi novio Juan, pero creo que nada malo, veo que está bien acompañado. (Dijo con aires de ironía)
E- Pero qué niña jajajajjajajaja Si tuviera un novio así lo cuidaría!!
M- Se ve que sos bastante experimentada!
E- No seas atrevida!
M- Vieja puta dejá mi novio, pedazo de mierda!
E- Bocona: por éste escándalo quieres que llame a seguridad? así te meten de patitas a la calle y para colmo que eres extranjera...!!
J- Por favor Micaela, dejá de joder, ya nos vamos.
E- Haz caso a tu novio cabra loca! como puedes tener un novio así y comportarte como una roteque?
M- Hija de re mil puta, calláte!!!
J- Perdón Leonora, gracias por tu hospitalidad, me retiro, te pido infinitamente disculpas, estoy avergonzado.
M- Y vos qué hijo de pu...
J- Vamos, dejá las pelotudeces!
Llegaron a la casa y los candelabros antiguos adornaban la siesta, Mica, no le dirige a Juanchi la palabra, lo mira con desdén y hasta lagrimea, pero lo intenta disimular.
Separados duermen la siesta y deciden no hablarse. A la tarde se juntarían en el comedor a tomar el té, y cumplieron con ese ritual que estableció el tío de Micaela que andaba por esos momentos en el sur de Chile confiando en los jovenzuelos.
Pasaron las horas del silencio atronador.
Toc toc suena la puerta a las siete de la tarde: Era Eleonora, venía con un vestido corto y escotado. Atiende Micaela: Qué querés?
E- Vine para ver como estabas, te vi mal y te puedo ayudar con un médico amigo para que te trates.
M- No estoy loca, pelotuda!
E: Cálmate por favor, ya cuando venga tu tío hablaré con él con calma. Me retiro, no vine con ánimos de pelear!
J: pero que te pasa Mica, por el amor de Dios!
M: Chau! (y cerró la puerta de manera violenta) Vieja culia...murmura
J: tal vez Leonora tenga razón y necesites un tratamiento, nada malo va a pasar si lo hacés!
M: Ay! cómo podés ser tan cínico?
El caso es que Juan llamó donde estaba el tío de Micaela y comentó todo lo sucedido, el hombre éste prometió regresar al otro día y presentar a Mica un médico psiquiátrico dados sus "desbordes".
Eleonora era vieja conocida del médico y del tío de Micaela, por lo que ya tenía corazonadas sin saber de lo que seguiría.
Llegó la mañana, Micaela tenía inquietud, fumaba como murciélago mas no había desayunado aún. Se abrieron las puertas y apareció su tío, quien disparó -buen día Micaela! vine por tu estado grave el cual me comentaron, nunca pensé que tú estarías llena de berrinches y esos desórdenes psíquicos, por lo que mi amado hermano, tu querido padre no quiero que pase. Mis opciones son dos, o te vuelves a Mendoza o en todo caso, dispondré de un psiquiatra para que cuando llegues de regreso las cosas se encuentren bien y no quiero resquemores en la familia.
Micaela miró a Juan con odio, a su tío con ira y empezó a insultar, a ponerse colorada en medio de su candidez de siempre, su tío corrió donde el teléfono y pidió llegue alguien para salvar esa situación, pues no había visto jamás tales desbordes. En pocos minutos llegó el psiquiatra y acompañado por dos enfermeros procedieron a llevar a Micaela sujetándola y subiéndola a un auto. Quedó Juan y el tío de Mica en esa casa pintoresca de aquel barrio caro de Chile, cuando el sol de la tarde se ocultaba y las nubes se apoderaban, fue que recibieron el llamado del médico, indicaba el mismo que estaba bien medicada y que ya había realizado una receta.
Juan ahí es que decide separarse de Micaela y contarlo a su tío, asegurando que, no volvería por ella a tener ese amor que se consumó en ausencia de él. Tampoco repetiría ser amigo, dado que como amiga falló en reiteradas oportunidades y dejó de ser solidaria y buena como parecía. Así que Juan emprendió camino a su valentía para expresarlo y se fue retirando de la vida de ellos y haciendo las maletas.
Al salir está Eleonora, quien ofrece a Juan quedarse en un lugar que tiene desocupado: -para qué te irás si viniste a disfrutar?
J- Necesito irme, volver al lugar de donde soy, a mi vida, y se que no es la mejor, que estamos quebrados en mi familia, y requiero buscar mi paz aunque sin los lujos a los que siempre tuve, me necesito encontrar.
E- Yo te ofrezco mi espacio, no te molestaré, te lo prometo, mientras piensas en tus cosas. Si te parece...
J- Está bien, voy a probar un par de días, y me voy.
E- No se diga más Juan, placer de que estés en casa!.
Los días pasaron y Juan empezaba a sentirse cómodo compartiendo el desayuno con Eleonora, ella hablaba y le preguntaba acerca de sus gustos, Juan respondía y así se arrimaban. Eleonora no se contuvo: -tú necesitas una mujer de verdad, que tenga lo que debe tener una mujer "valentía" experiencia, que entregue su amor sin miramientos.
J- no lo sé, quisiera creer que existe en alguna parte.
E: ésta frente a ti y ve en ti lo que eres.
Por mucho que Eleonora intentaba parece que Juan estaba demasiado sumido en su pesadilla de tensa calma, empero sentía el atractivo del aroma, esa mirada fogosa, ese cuerpo escultural y la sensación de querer experimentar tantos deseos incontenibles.
De pronto Eleonora juega la última ficha, pretende con esa paciencia su último golpe, va a ducharse, sale del baño y muestra sus encantos con los encajes y sus transparencias a Juan asomando levemente, y le pregunta -Qué ves, Juan?
J- Te veo a vos!
E- Quiero decirte que eres atractivo, no lo se Juan, te deseo!
J- Te estoy deseando
E- No me digas nada, quiero contigo vivir, que me hagas sentir joven, llenarme de alegría.
J- No te precipites, yo debo volver, están mis padres, debo completar mis estudios y las cosas no están bien en mi casa, si termino mis estudios quizás cambie todo para mi futuro.
E- Lo puedes hacer conmigo aquí Juan!! lo puedes! además yo estoy necesitando de alguien como tú, con iniciativa. Es muy pronto para hablar, ya sé, solo conóceme, dale tiempo a ésto, tienes 15 días más para decidir.
J- Pero qué van a decir mis padres? Por Dios, una mujer como vos no me perdonarían!
E- No Juan, yo hablaré, yo les diré, te acompañaré a la Argentina para hablar con ellos. Date tiempo éstos días y conóceme, Aprovecha y llama ahora: di que te quedarás aquí éstos días, que soy una amiga del tío de Micaela y cuéntales lo que pasó.
J- Perfecto, pasáme el teléfono por favor que hablo.
De pronto una tempestad de calma se apodera de Juan y en el fondo veía demasiadas preguntas. Tenía seguridad, tranquilidad y contrastaba con esa puja interna de verse en los brazos de alguien que envejecería y que debería su vida y futuro para siempre.
J- Necesito irme, volver al lugar de donde soy, a mi vida, y se que no es la mejor, que estamos quebrados en mi familia, y requiero buscar mi paz aunque sin los lujos a los que siempre tuve, me necesito encontrar.
E- Yo te ofrezco mi espacio, no te molestaré, te lo prometo, mientras piensas en tus cosas. Si te parece...
J- Está bien, voy a probar un par de días, y me voy.
E- No se diga más Juan, placer de que estés en casa!.
Los días pasaron y Juan empezaba a sentirse cómodo compartiendo el desayuno con Eleonora, ella hablaba y le preguntaba acerca de sus gustos, Juan respondía y así se arrimaban. Eleonora no se contuvo: -tú necesitas una mujer de verdad, que tenga lo que debe tener una mujer "valentía" experiencia, que entregue su amor sin miramientos.
J- no lo sé, quisiera creer que existe en alguna parte.
E: ésta frente a ti y ve en ti lo que eres.
Por mucho que Eleonora intentaba parece que Juan estaba demasiado sumido en su pesadilla de tensa calma, empero sentía el atractivo del aroma, esa mirada fogosa, ese cuerpo escultural y la sensación de querer experimentar tantos deseos incontenibles.
De pronto Eleonora juega la última ficha, pretende con esa paciencia su último golpe, va a ducharse, sale del baño y muestra sus encantos con los encajes y sus transparencias a Juan asomando levemente, y le pregunta -Qué ves, Juan?
J- Te veo a vos!
E- Quiero decirte que eres atractivo, no lo se Juan, te deseo!
J- Te estoy deseando
E- No me digas nada, quiero contigo vivir, que me hagas sentir joven, llenarme de alegría.
J- No te precipites, yo debo volver, están mis padres, debo completar mis estudios y las cosas no están bien en mi casa, si termino mis estudios quizás cambie todo para mi futuro.
E- Lo puedes hacer conmigo aquí Juan!! lo puedes! además yo estoy necesitando de alguien como tú, con iniciativa. Es muy pronto para hablar, ya sé, solo conóceme, dale tiempo a ésto, tienes 15 días más para decidir.
J- Pero qué van a decir mis padres? Por Dios, una mujer como vos no me perdonarían!
E- No Juan, yo hablaré, yo les diré, te acompañaré a la Argentina para hablar con ellos. Date tiempo éstos días y conóceme, Aprovecha y llama ahora: di que te quedarás aquí éstos días, que soy una amiga del tío de Micaela y cuéntales lo que pasó.
J- Perfecto, pasáme el teléfono por favor que hablo.
De pronto una tempestad de calma se apodera de Juan y en el fondo veía demasiadas preguntas. Tenía seguridad, tranquilidad y contrastaba con esa puja interna de verse en los brazos de alguien que envejecería y que debería su vida y futuro para siempre.
A la vez vez miraba el placer de sus ojos y el ángel de la tentación que lo seguía en esos pasos de la mujer dominante, sigilosa, puntillosa, amable y con ternura para él, pese a ser insidiosa, estruendosa, y de carácter fuerte al dirigir sus cuestiones.
Caminaba Eleonora con sus pasos de princesa en el cavilar de Juan, sensual, suave pero tenaz. Cada paso sugería algo que provocaba a Juan. Hasta que él mismo decidió acercarse al cuarto de Eleonora, golpear a su puerta y decir: -Pensé lo que me dijiste, te quiero conocer más, sin ningún compromiso, no voy a arrojarme a tus brazos, solo quiero conocerte mejor éstos días, y si me enamoro de vos, date por perdida, aquí voy a estar sin importarme nada.
E: Yo te demostraré que soy una mujer en su esplendor, que te puede amar, se que pasaste cosas duras, pero estoy aquí contigo para devolverte toda la felicidad que perdiste.
J- Si me disculpás...Permiso! solo eso te quería decir!
E- Adelante Juan, te quiero y gracias!
Juan salió del cuarto de Eleonora pensativo como nunca, el maremoto de ideas volvía a su cabeza y los vahos de la sensualidad incorporada de Eleonora, y las diferencias de tiempo se juntaron en su cerebro exprimido. Esa noche Juan pensó hasta quedarse dormido en todo lo que Eleonora le dijo y sintió que nadie jamás le dijo algo tan tierno como eso, su dulzor podía sentirse por doquier donde fuera. Al despertar esas palabras sonaron y pudieron más que las preguntas acerca de la edad de Eleonora. Se sentó a su lado a desayunar mientras el sol muy tenue por las cortinas rodeaba y daba brillo a una extrema impresión de libertad que tenía Juan, por lo que decidió tomarle la mano a Eleonora y decirle: -voy a tomar tu ruta, va a ser despacio, tenme paciencia Eleonora!
Y así es que Juan la besó en la frente de manera tierna, Eleonora tomó su mano, lo abrazó y puso sus pechos erguidos sobre Juan.
E- Yo esperaré el tiempo que sea necesario, Juan, deseo tu amor, quiero que seas el hombre de ésta casa.
J- Eleonara, el tiempo por si no te das cuenta está empezando!
E- Quieres que te prepare algo amor? perdón, Juan
J- No jajaja Eleonora, gracias, dejáme mirarte...pero que cosa, tan pronto me decís amor?
E- Eres lo que quiero!
Entre palabra y palabra Juan y Eleonara se besaron intensamente. En tanto Juan no había sentido tanto amor junto desplegado, dulzor y besos perfectos cargados de pasión que invitaban a copular. Fue esa mañana que la ropa de Eleonara y Juan se desparramó por todo el comedor.
Juan quedó tan dormido y rendido que se entregó al colchón de dos plazas de Eleonora y despertó a las dos de la tarde .Ya seducido y entre nubes parecía despertarse apacible del sueño. La ve recostada leyendo un libro "POESÍAS COMPLETAS DE GRABRIELA MISTRAL". Eleonora lo mira con su cara nueva de amor y agrado, diciendo: -Hola Juan ¿estás bien mi peluchito?
Juan sentía de pronto que había cometido un error pero a su vez tenía certeza de que Eleonora le devolvía esa calma, esa paz de hogar, de mujer indescriptible.
J- Mi viejita, quiero quedarme con vos, no se cómo es ésto pero se que si sos así como te veo ahora y por todo lo bueno que tengo con vos, no quiero volver a la Argentina más que a hablar con mi padres.
E- Me da gusto escucharte! Así lo vamos a hacer!
Juan se predispuso a comunicar lo que sucedía a su padres y llamó por teléfono para avisar que muchas cosas cambiaron en esos días y que les presentará a alguien a quien quiere con todo su corazón. La madre de Juan al escuchar ésto sintió que se estaba destrozando su alma, pero prefirió decirle a su hijo que si se ha enamorado de alguien mayor que continuara, pues las cosas del otro lado de la cordillera habían empeorado.
Así pasó el tiempo, los días, las semanas, los meses y Juan se fue a inscribir acompañado de su pareja a la Universidad Católica de Chile, volvió a la Argentina para hablar con sus padres y por último Juan fue apoyado. En el fondo ellos sabían que ya no debían cuidar su estilo y que sus nuevos amigos del vecindario al escuchar que Juan hará una carrera en Chile y su pareja es una dama de la alta alcurnia estarían felices. Era un nuevo estilo y la gente era menos complicada que las relaciones anteriores. Además Eleonora caía bien porque les recordaba eso que alguna vez tuvieron...
A los dos años de esos sucesos Juan se casó y volvía a la Argentina nada más que para visitar a sus padres, pasear y mostrar su nuevo auto. Vivió feliz, enamorado y con mucha pasión que desbordó el país vecino: Lo conocieron como Don Juan de la distinguida!
Caminaba Eleonora con sus pasos de princesa en el cavilar de Juan, sensual, suave pero tenaz. Cada paso sugería algo que provocaba a Juan. Hasta que él mismo decidió acercarse al cuarto de Eleonora, golpear a su puerta y decir: -Pensé lo que me dijiste, te quiero conocer más, sin ningún compromiso, no voy a arrojarme a tus brazos, solo quiero conocerte mejor éstos días, y si me enamoro de vos, date por perdida, aquí voy a estar sin importarme nada.
E: Yo te demostraré que soy una mujer en su esplendor, que te puede amar, se que pasaste cosas duras, pero estoy aquí contigo para devolverte toda la felicidad que perdiste.
J- Si me disculpás...Permiso! solo eso te quería decir!
E- Adelante Juan, te quiero y gracias!
Juan salió del cuarto de Eleonora pensativo como nunca, el maremoto de ideas volvía a su cabeza y los vahos de la sensualidad incorporada de Eleonora, y las diferencias de tiempo se juntaron en su cerebro exprimido. Esa noche Juan pensó hasta quedarse dormido en todo lo que Eleonora le dijo y sintió que nadie jamás le dijo algo tan tierno como eso, su dulzor podía sentirse por doquier donde fuera. Al despertar esas palabras sonaron y pudieron más que las preguntas acerca de la edad de Eleonora. Se sentó a su lado a desayunar mientras el sol muy tenue por las cortinas rodeaba y daba brillo a una extrema impresión de libertad que tenía Juan, por lo que decidió tomarle la mano a Eleonora y decirle: -voy a tomar tu ruta, va a ser despacio, tenme paciencia Eleonora!
Y así es que Juan la besó en la frente de manera tierna, Eleonora tomó su mano, lo abrazó y puso sus pechos erguidos sobre Juan.
E- Yo esperaré el tiempo que sea necesario, Juan, deseo tu amor, quiero que seas el hombre de ésta casa.
J- Eleonara, el tiempo por si no te das cuenta está empezando!
E- Quieres que te prepare algo amor? perdón, Juan
J- No jajaja Eleonora, gracias, dejáme mirarte...pero que cosa, tan pronto me decís amor?
E- Eres lo que quiero!
Entre palabra y palabra Juan y Eleonara se besaron intensamente. En tanto Juan no había sentido tanto amor junto desplegado, dulzor y besos perfectos cargados de pasión que invitaban a copular. Fue esa mañana que la ropa de Eleonara y Juan se desparramó por todo el comedor.
Juan quedó tan dormido y rendido que se entregó al colchón de dos plazas de Eleonora y despertó a las dos de la tarde .Ya seducido y entre nubes parecía despertarse apacible del sueño. La ve recostada leyendo un libro "POESÍAS COMPLETAS DE GRABRIELA MISTRAL". Eleonora lo mira con su cara nueva de amor y agrado, diciendo: -Hola Juan ¿estás bien mi peluchito?
Juan sentía de pronto que había cometido un error pero a su vez tenía certeza de que Eleonora le devolvía esa calma, esa paz de hogar, de mujer indescriptible.
J- Mi viejita, quiero quedarme con vos, no se cómo es ésto pero se que si sos así como te veo ahora y por todo lo bueno que tengo con vos, no quiero volver a la Argentina más que a hablar con mi padres.
E- Me da gusto escucharte! Así lo vamos a hacer!
Juan se predispuso a comunicar lo que sucedía a su padres y llamó por teléfono para avisar que muchas cosas cambiaron en esos días y que les presentará a alguien a quien quiere con todo su corazón. La madre de Juan al escuchar ésto sintió que se estaba destrozando su alma, pero prefirió decirle a su hijo que si se ha enamorado de alguien mayor que continuara, pues las cosas del otro lado de la cordillera habían empeorado.
Así pasó el tiempo, los días, las semanas, los meses y Juan se fue a inscribir acompañado de su pareja a la Universidad Católica de Chile, volvió a la Argentina para hablar con sus padres y por último Juan fue apoyado. En el fondo ellos sabían que ya no debían cuidar su estilo y que sus nuevos amigos del vecindario al escuchar que Juan hará una carrera en Chile y su pareja es una dama de la alta alcurnia estarían felices. Era un nuevo estilo y la gente era menos complicada que las relaciones anteriores. Además Eleonora caía bien porque les recordaba eso que alguna vez tuvieron...
A los dos años de esos sucesos Juan se casó y volvía a la Argentina nada más que para visitar a sus padres, pasear y mostrar su nuevo auto. Vivió feliz, enamorado y con mucha pasión que desbordó el país vecino: Lo conocieron como Don Juan de la distinguida!
Era el año 2008, cerca de la media tarde. Max tiene el impulso de conocer ese camino que se abre por una gran avenida hacia el norte. A medida que tomaba dirección al norte se divisaba por encima de las casas un monte -donde, según le dijeron- se ocultaba el gran mago del pueblo. Max se da prisa y llega donde vivía el mago y le pregunta ¿qué debo hacer para entrar a la otra dimensión?. el mago sin más responde: -Antes debes asegurarte que tienes juicio y temple para atravesar esa puerta a la dimensión que quieres llegar.
Max insiste y cree tener la capacidad de ir rumbo al otro lado y es entonces cuando el mago lo mira y dice en tono más alto: joven, lo veo en tus ojos, yo también me excedí de confianza la primera vez que llegué hasta allí, pero el camino es turbulento, tienes trabas por todas partes y los grandes maestros si desean, te atenderán cuando estés frente a ellos.
Max no entendía y tampoco parecía tener la suficiente capacidad de hacerlo.
Se que fallaste en una misión anterior, muchacho, añadió el mago. A lo que Max le consulta de donde sabía eso, y por lo que el mago le dijo: fue cuando estuve en tu barrio, y pasé por un negocio donde te conocen y me contaron lo tanto que te gustan las cosas extrañas; pues todos nos conocemos bien y no es casualidad que estés en mi pueblo y se de tu inteligencia para lograr tus cometidos.
Max, ensaya el argumento que le dará el acceso a la información: -estimado mago, con respeto a su sabiduría y sin robar más tiempo a usted; efectivamente lo sabe y conoce ese aspecto de mi indeterminación, pero voy a añadir que esa ocasión mi espíritu aguerrido y mi calma estaban invertidas. Por eso, ahora le pido, desde lo más profundo que me ayude a cambiar por siempre mi corazón, para llenarlo de ésta nueva experiencia, para crecer, ser mejor y estar frente a quienes forjarán el camino fantástico que sólo yo llevaré por siempre y no para mi gloria, sino para salvaguadar con cuidado mis afectos ante lo que proviene.
El mago sin más, dice: -Max...alcanzaste tu primer meta, ya que la contundencia y tus palabras, te han dado el primer paso.
Él comenzó a poner grave la voz y disparaba frases en un lenguaje fuera de lo común, mientras en la tarde llena de niebla, se consumía el fuego en su cueva. Miraba fijo a Max, hasta que decidió hablarle con claridad, en tono bajo, enumerando lo que debía conseguirse para llegar a la otra dimensión: -Pon atención! Primero traes una piedra esmeralda, luego ve al centro del pueblo y logra atraer una doncella de 18 años, una vez que esté contigo se dirigen a la cueva (yo te daré el cuchillo). Cuando esté todo dispuesto, ten la piedra esmeralda en tu mano frente al fuego y la matas a las 18 horas con 18 minutos.
Max, no estaba dispuesto a matar a nadie pero ese principio lo movió, era su gran salto, estaba comprometido a hacerlo, y por ello en camino se convenció.
Tal como se dijo:compró la piedra esmeralda, fue al centro del pueblo mientras tomaba un pequeño libro y sedujo -con cierto temor a la doncella-, la misma estaba con una bicicleta roja, se besaron y logró llevarla con engaños hasta la cueva del mago. Posteriormente, Max temblaba y de pronto el cuchillo estaba sólo frente al fuego.
Ya tenía todo, solo debía actuar, y así mientras la doncella miraba el fuego, Max toma el cuchillo -con un poco de duda- y está dispuesto a apuñalarla por la espalada. De pronto, todo empezó a temblar, cada vez con más intensidad; se caían las piedras una a una, el fuego alcanzaba de a poco su pies y la doncella preguntaba: -Max...qué está pasando, por qué tienes ese cuchillo en tu mano? nooooooooooo Max, noooooooooo...no lo hagas por favor! noooooooo!
El llanto de la joven se logró expandir en el espacio mientras todo se movía. De pronto Max era tomado por una energía que lo ascendía y de repente "despertó en su cama". Poco a poco despertó y miró fijo el reloj...eran las 18 horas con 18 minutos
Max insiste y cree tener la capacidad de ir rumbo al otro lado y es entonces cuando el mago lo mira y dice en tono más alto: joven, lo veo en tus ojos, yo también me excedí de confianza la primera vez que llegué hasta allí, pero el camino es turbulento, tienes trabas por todas partes y los grandes maestros si desean, te atenderán cuando estés frente a ellos.
Max no entendía y tampoco parecía tener la suficiente capacidad de hacerlo.
Se que fallaste en una misión anterior, muchacho, añadió el mago. A lo que Max le consulta de donde sabía eso, y por lo que el mago le dijo: fue cuando estuve en tu barrio, y pasé por un negocio donde te conocen y me contaron lo tanto que te gustan las cosas extrañas; pues todos nos conocemos bien y no es casualidad que estés en mi pueblo y se de tu inteligencia para lograr tus cometidos.
Max, ensaya el argumento que le dará el acceso a la información: -estimado mago, con respeto a su sabiduría y sin robar más tiempo a usted; efectivamente lo sabe y conoce ese aspecto de mi indeterminación, pero voy a añadir que esa ocasión mi espíritu aguerrido y mi calma estaban invertidas. Por eso, ahora le pido, desde lo más profundo que me ayude a cambiar por siempre mi corazón, para llenarlo de ésta nueva experiencia, para crecer, ser mejor y estar frente a quienes forjarán el camino fantástico que sólo yo llevaré por siempre y no para mi gloria, sino para salvaguadar con cuidado mis afectos ante lo que proviene.
El mago sin más, dice: -Max...alcanzaste tu primer meta, ya que la contundencia y tus palabras, te han dado el primer paso.
Él comenzó a poner grave la voz y disparaba frases en un lenguaje fuera de lo común, mientras en la tarde llena de niebla, se consumía el fuego en su cueva. Miraba fijo a Max, hasta que decidió hablarle con claridad, en tono bajo, enumerando lo que debía conseguirse para llegar a la otra dimensión: -Pon atención! Primero traes una piedra esmeralda, luego ve al centro del pueblo y logra atraer una doncella de 18 años, una vez que esté contigo se dirigen a la cueva (yo te daré el cuchillo). Cuando esté todo dispuesto, ten la piedra esmeralda en tu mano frente al fuego y la matas a las 18 horas con 18 minutos.
Max, no estaba dispuesto a matar a nadie pero ese principio lo movió, era su gran salto, estaba comprometido a hacerlo, y por ello en camino se convenció.
Tal como se dijo:compró la piedra esmeralda, fue al centro del pueblo mientras tomaba un pequeño libro y sedujo -con cierto temor a la doncella-, la misma estaba con una bicicleta roja, se besaron y logró llevarla con engaños hasta la cueva del mago. Posteriormente, Max temblaba y de pronto el cuchillo estaba sólo frente al fuego.
Ya tenía todo, solo debía actuar, y así mientras la doncella miraba el fuego, Max toma el cuchillo -con un poco de duda- y está dispuesto a apuñalarla por la espalada. De pronto, todo empezó a temblar, cada vez con más intensidad; se caían las piedras una a una, el fuego alcanzaba de a poco su pies y la doncella preguntaba: -Max...qué está pasando, por qué tienes ese cuchillo en tu mano? nooooooooooo Max, noooooooooo...no lo hagas por favor! noooooooo!
El llanto de la joven se logró expandir en el espacio mientras todo se movía. De pronto Max era tomado por una energía que lo ascendía y de repente "despertó en su cama". Poco a poco despertó y miró fijo el reloj...eran las 18 horas con 18 minutos
Una vez lo vi a Octavio Farias, lo conocí hace quince años
cuando apenas teníamos 13 los dos. Solía atravesar el campo de la vía para
caminar las doce cuadras de la escuela bebiéndose todo el sol de la hora 17.
Por costumbre en su recorrido caminaba buscando a los que cerca de la escuela
vivíamos, éramos como 5 en el camino los que nos golpeábamos las puertas cerca
de las 16:40.
Llegábamos con la
típica energía de haber pateado tarros, jugar a los videos en el camino y hasta
llegar tarde y en la pre hora de los Martes soportar el sermón de Luisa
Ricondo, que detestaba profundamente que nos pasáramos haciendo bromas. Por lo
timorato, a pesar de habernos apropiado para nuestro grupo, Octavio, tenía lo
que tanto gustaba a muchos profesores: reía con nosotros pero callaba y cumplía
con la tarea. La Ricondo era estricta, impía y nos tenía en la mira a todos
nosotros, menos a Octavio, que a veces parecía un idiota compulsivo que
derrapaba tanta estupidez pero lo queríamos puesto que siempre ha sido
hospitalario en su casa, amigo, confidente, pero imbécil en todo, aunque
llevaba a cabo nuestras travesuras como tirar piedras al portón de una señora
en una esquina, robar mangueras y dejarlas en otras partes, escupir de
edificios altos, tomar licor en invierno en la parte trasera de la escuela.
Pero el gran día de
Octavio llegó, empezó cuando la indignante colorada Ricondo dice: -Farias ¿va a
competir en las olimpiadas de literatura? Y él sus hombros hacia arriba como
diciendo “si no queda otra”, el caso es que dijo que sí entre esos gestos tan
bobos de siempre. Le preguntamos en recreo y dijo que podría ser una
oportunidad para darse a conocer con gente de otras escuelas y tener relaciones
sociales acordes a esa manera tan peculiar de comerse los libros. Entonces al
otro día pasé y golpeé su puerta antes de ir a la escuela en camino, ahí me dijo
que es una cosa más que debería hacer. Así que al llegar lo esperaba la profe
Ricondo para pedirle nivelarse y que tome clases extra, yo escuché y le hice
seña que no lo hiciera, pero ella insistió y arremetió con todo, por lo cual
Octavio toma las clases desde ese Martes al terminar en casa de Ricondo.
-Hola Octavio, por
favor: adelante!
Octavio- Sí profesora.
R- No me llames así, podés decirme Luisa.
O- Luisa, perdón: en qué consiste la clase?
R- En el secreto de la literatura! Dijo casi susurrando
O- Y ese secreto cuál es?
R- Es un secreto que vas a descubrir ahora pero no te voy a
decir
Las horas pasaban, eran cerca de las 23 y el combo de tareas
de estudio no terminaba. Por lo que Luisa decide llamar a los padres de Octavio
y pedir una hora más y asegurarles que lo llevaría. Ellos compartieron la
posición y así Octavio se quedó una hora más.
La profesora sirvió
un aperitivo compuesto por una gaseosa, papas fritas, pizzas y maní.
Posteriormente lo invita a la habitación de ella y él sorprendido pregunta:
Para que me trae acá? Ella le contesta –Para que conozcas el secreto
literario!! Y cuando diga una palabra a qué te transporta me vas a decir. Y Octavio respondió: Sí, empiece por favor!!
Luisa no se queda atrás
y dispara la primer palabra que sigue a toda la secuencia: Amor!!
A lo que Octavio
asegura: es un sentimiento del corazón, sentir que la otra persona es
necesaria, compartir cosas y momentos.
R- Es perfecto: pero
si te dijera ¿hacer el amor?
O- Es juntar los cuerpos! Imagino
R- Jajajajajajjajajajjajaja no te falta teoría, pero te voy
a preguntar algo: yo te gusto, suponiendo que no sea tu profesora o mayor que
vos?
Con un nudo en la garganta y muerto de nervios dice Octavio:
-Sí es bastante linda!
R- Linda? Así te referís a una mujer que te gusta.
Hablá más fuerte, con decisión: sos hombre o qué? Dale!!
O- Que me gustás y estás hermosa, te quiero tener!!
R- Así me gusta!! Acercáte y decílo más groseramente
O- Qué sos rica y quiero curtir con vos, hacerte bramar las
entre piernas y dejarte tirada de tanto darte toda la noche!
R- Hacélo! Hacélo!
Octavio la toma
lentamente del cuello con sus dedos, se acerca y ella le lanza un beso. Él
prosigue tocando sus pechos y desnudándola la deja en la cama a punto de
empezar la función del amor, definitivamente se fusionan hasta quedar agotados.