Els meus versos ressonen en el recorregut del vent càlid,
que la meva ciutat menja com un mos.
El vent empeny o forja els meus somnis,
i la vereda té en els centres mèdics, en la farmàcia, en el mercat,
una mica de l'amor que se'ns va perdre quan ens vam anar de compres.
que la meva ciutat menja com un mos.
El vent empeny o forja els meus somnis,
i la vereda té en els centres mèdics, en la farmàcia, en el mercat,
una mica de l'amor que se'ns va perdre quan ens vam anar de compres.
(“Todo
me cansa hasta lo que no me cansa”
Fernando Pessoa/ Intervalo doloroso)
Soy quien no debo
cuando escapo de mis ataúdes, cuando duermo enaltecido de nada.
Cuando por todo despierto y creo entender las
aspiraciones. Aunque fui todo cuanto
pude y voy caminando jardines de invierno, flores negras, lo superfluo de mi
estancia que fabriqué. Porque endilgo todo al aire de lo que mi mano no retiene
de colores en fuga. Y comprendo…porque en esas estructuras el placar de mis
anhelos parece que el viento lo cerró como portazo. Porque la vida es constante
aprender, para luego desaprender.
Ven... no creas que equivocas el camino, el día si no
apareces toma colores que se fugan, matices que se vacían de vivacidades...y
los carteles que se gastaron de los negocios se llenan de tierra de olvido, y
las esquinas abandonadas que nadie recordará, se mueren solas y no las alcanza
la liquidez del verano por venir.
Porque reflejos de
incertidumbre llaman a tu puerta cuando se mueven humos que dejaron a nuestro
alrededor y me quedan ritos que no pude romper...
Pero mi táctica es
llenar esas piletas que se fueron oscureciendo por aguas cristalinas que busco como explorando mi geografía.
Entonces me queda el
último paso para quedarme en vos, completarme...
e hice un listado de lo posible que pido, tráeme!
una pala para herir la tierra de las sombras y poner luz a
las tinieblas,
"un binocular que no capte la distancia"
el sueño que no
escape con nuestros ojos abiertos,
la red de tu barco que me detengan entre en el suelo que le
falta una pizca marina y tu mar de dudas.
Ahora lanzo un golpe, una piedra -a lo que eres para
regresarte- para que te pongas a cantar y jugar cuando las flores secas rodeen
los jardines.
Estaba sentado en una piedra pensativo acerca de qué haría, vio el sendero y tal como hoy partió a preguntar ¿qué sucede? Le contestaron -están atacando nuestra nación! y dijo: entonces iré a la guerra!
Sucedió que combatió hasta el último, de hecho fue el único que quedó en campo de combate, hizo todo lo posible hasta destronar a quien en filas enemigas tenía a cargo la guerra. Después de cruzar la frontera ingresó a los campos más recónditos de esa nación atacante, y llegó a la capital para tomarla solo. Finalmente asaltó concejo del rey y ese Rey de la nación vecina le cede tierras y explotaciones para su nación. Así retorna a su país un día de largo viaje y es recibido con honores por su monarca, su propio monarca no sabe que hacer y lo designa -al ser tan joven- Coronel. No había ya gente en su ejército y empezaron a llegar jóvenes en demasía. Sólo dos o tres veteranos quedan para comandarlo y su carrera fue ejemplar.
Al tiempo aparece una resolución de absoluta ilegalidad al dinero del país atacante. Entre tanto los veteranos sabían que tarde o temprano aquel joven sería el comandante en jefe al retirarse ellos. Y fue que pensaron: qué hacer? dado que el tiempo no era favorable a ellos, urdieron la trampa de la bolsa negra, allí depositaron el dinero ilegal y por último pusieron la bolsa en el casillero. Al otro día el comandante en Jefe estaría revisando siempre a las 8 AM los casilleros de todos
-cosa de rutina- hasta que al pasar abriendo el casillero de aquel joven encontró la "bolsa negra" -Qué hay aquí, Coronel? preguntó. Respondió el héroe de guerra: -no lo se Señor! Acto seguido abre la bolsa y encuentra el dinero ilegal. El Coronel héroe lo ve con asombro y estupor. Lo mira a los ojos el Comandante en Jefe y en voz casi baja y decepcionada diciendo: -Venga a mi oficina por favor!
El Coronel entristecido mira absorto y el comandante en jefe hace un gesto de "difícil situación" y prosigue asegurando en voz más alta: -Tome asiento Coronel! o debo decirle ex Coronel? le pregunto. Responde: dígalo como lo sienta. El Comandante se queda por segundos pasmado y dice: -deberé llamar al Rey, pero debo cumplir mi obligación, le retiro la medalla, lo despojo de su oficina, lo degrado y lo llevo al calabozo ¿tiene algo que decir? Cor- que yo no he sido Señor!
Com- Entonces cómo se explica evidencia tan concluyente?
Cor- A menos que me tendieran una trampa.
Com- Usted es culpable y lo lamento de corazón!
Cor- no señor, pero si me lo permite sí: fui a una guerra más nadie me había llamado a tal cosa, me hicieron héroe, me cedieron cosas para ésta nación, fue rápido todo y no podría creer que ésto duraría siempre. En lugar de quedarme en casa cometí el error más grande al volver "querer ser el ejemplo de todos" fui soberbio señor! lo se! porque me quise quedar con la gloria, pero le puedo asegurar que ésto es una trampa, que no está en mí tener una bolsa negra para complacerme ni llenarme de dinero. Si ésto no es suficiente, pues, deme la pena máxima!
Com- Coronel, seguirá siendo Coronel en tanto busco si hubo animosidad en su contra!
Cor- Gracias Señor!
El comandante se apresta a buscar elementos y comienza a mostrarse camarada de todos los subalternos, comienza a hablar mal del coronel y los subalternos confiesan entre copas lo sucedido. Finalmente encuentra a los culpables y los expulsa de la fuerza. El Coronel decide guardar silencio y estar en el anonimato sin exponerse a cámaras ni micrófonos por largo tiempo hasta que los jóvenes hagan su carrera para irse de una vez a casa: UN NUEVO COMBATE LE ESPERA!
Sucedió que combatió hasta el último, de hecho fue el único que quedó en campo de combate, hizo todo lo posible hasta destronar a quien en filas enemigas tenía a cargo la guerra. Después de cruzar la frontera ingresó a los campos más recónditos de esa nación atacante, y llegó a la capital para tomarla solo. Finalmente asaltó concejo del rey y ese Rey de la nación vecina le cede tierras y explotaciones para su nación. Así retorna a su país un día de largo viaje y es recibido con honores por su monarca, su propio monarca no sabe que hacer y lo designa -al ser tan joven- Coronel. No había ya gente en su ejército y empezaron a llegar jóvenes en demasía. Sólo dos o tres veteranos quedan para comandarlo y su carrera fue ejemplar.
Al tiempo aparece una resolución de absoluta ilegalidad al dinero del país atacante. Entre tanto los veteranos sabían que tarde o temprano aquel joven sería el comandante en jefe al retirarse ellos. Y fue que pensaron: qué hacer? dado que el tiempo no era favorable a ellos, urdieron la trampa de la bolsa negra, allí depositaron el dinero ilegal y por último pusieron la bolsa en el casillero. Al otro día el comandante en Jefe estaría revisando siempre a las 8 AM los casilleros de todos
-cosa de rutina- hasta que al pasar abriendo el casillero de aquel joven encontró la "bolsa negra" -Qué hay aquí, Coronel? preguntó. Respondió el héroe de guerra: -no lo se Señor! Acto seguido abre la bolsa y encuentra el dinero ilegal. El Coronel héroe lo ve con asombro y estupor. Lo mira a los ojos el Comandante en Jefe y en voz casi baja y decepcionada diciendo: -Venga a mi oficina por favor!
El Coronel entristecido mira absorto y el comandante en jefe hace un gesto de "difícil situación" y prosigue asegurando en voz más alta: -Tome asiento Coronel! o debo decirle ex Coronel? le pregunto. Responde: dígalo como lo sienta. El Comandante se queda por segundos pasmado y dice: -deberé llamar al Rey, pero debo cumplir mi obligación, le retiro la medalla, lo despojo de su oficina, lo degrado y lo llevo al calabozo ¿tiene algo que decir? Cor- que yo no he sido Señor!
Com- Entonces cómo se explica evidencia tan concluyente?
Cor- A menos que me tendieran una trampa.
Com- Usted es culpable y lo lamento de corazón!
Cor- no señor, pero si me lo permite sí: fui a una guerra más nadie me había llamado a tal cosa, me hicieron héroe, me cedieron cosas para ésta nación, fue rápido todo y no podría creer que ésto duraría siempre. En lugar de quedarme en casa cometí el error más grande al volver "querer ser el ejemplo de todos" fui soberbio señor! lo se! porque me quise quedar con la gloria, pero le puedo asegurar que ésto es una trampa, que no está en mí tener una bolsa negra para complacerme ni llenarme de dinero. Si ésto no es suficiente, pues, deme la pena máxima!
Com- Coronel, seguirá siendo Coronel en tanto busco si hubo animosidad en su contra!
Cor- Gracias Señor!
El comandante se apresta a buscar elementos y comienza a mostrarse camarada de todos los subalternos, comienza a hablar mal del coronel y los subalternos confiesan entre copas lo sucedido. Finalmente encuentra a los culpables y los expulsa de la fuerza. El Coronel decide guardar silencio y estar en el anonimato sin exponerse a cámaras ni micrófonos por largo tiempo hasta que los jóvenes hagan su carrera para irse de una vez a casa: UN NUEVO COMBATE LE ESPERA!