Papeles de
libros que se arrancaron,
para de ti
dejarnos privados:
De tu voz.
Lluvia de
cenizas cayendo al fondo de conciencias,
Que no asoman
a ese resplandor.
Rosas que no
sintieron el rocío.
Las que
secáronse en el sol,
Tu nombre
proclaman para clarificar
¿de dónde es que proviene el amor?
Qué es?
Acaso,
un conjunto de arrebatos que nos quema las
alas?
diluvios que devoraron Imaginerías en jardines?
La piedra en la tierra que se consumen con el
tiempo?
Y que aún en rincones del mundo buscamos?
Diótima,
tu nombre que
llama éste banquete!!
Ahora te
esperamos,
no nosotros,
sino el puñado
de nuestras almas,
que se
empobrecen en éste suelo,
en éstos
deseos…
en éste rapto
de la inmortalidad que queremos ganarnos,
al recibir tu
palabra,
que nos
exonere de la imprudencia .