Me extravié, como niño que la mano de su madre
suelta y de sueños indescifrables se busca,
en silencios que disparan tempestades de miradas
en silencios que disparan tempestades de miradas
-sin hallar huellas-
una respuesta que salga del soplo en este invierno y
una respuesta que salga del soplo en este invierno y
en las señas que se quieren hacer,
en los interdictos de mi ansia que se quieren mostrar...
en los interdictos de mi ansia que se quieren mostrar...
Donde la gran vida ya no es juguete simulando camiones de bombero,
autos de colección,
soldaditos de plomo,
muñecos de película,
juegos de papá y mamá.
No me busquen, ahora no,
que yo mismo me quiero encontrar en esta
juguetería,
con un pasaje donde la algarabía, para las reglas rehacer...
Y luego, por el pasillo del tiempo a tientas iré, me sentaré
-claro, si lo encuentro- a su lado,
y le diré ¡cuántos muertos he
encontrado!:
extraviado, buscándome.